Dormido entre rosas
Las murgas de Emílio El Moro
Dedicada a Don Emilio Jiménez, Emilio el Moro
Se fueron los pieles rojas a Jolivú
Vinieron los federales ¡tatachán!
y en mitad aquel ziquitaque se lió:
Toro Sentado ojú -decía- ¡cuchi la caballería!
y de teniente Glen Ford.
Hay que ver Maribel la cosa cómo estaría
que Emilio el Moro salió cantando por alegrías.
Alegría la traigo a espuertas viene de Cai -qué calor.
Alegría tienen las jambres de Andalucía.
Frigoríficos volando la reconversión naval:
¡Guardias no tiréis pelotas que pa pelotas Puerto Real!
Vecina asómate al patio ¡Maricruz!
A ver quién me aclara a mí este rebujar:
que si dentro, que si fuera, tú dirás.
Que si bases, que si Citan, que si Morón,
que si Rota y el Peñón de Gibraltar.
Hay que ver Maribel esto sí que es Carnaval.
Arsa y olé ¡viva Cai! y to la tribu de Alí Babá.
Como quieras que yo te quiera
¡ay! yo te quiero -qué valor-
Como quieras de marinera o de marinero
¿Salga el sol por Antequera?
Con tal de que salga ya que salga por donde quiera
lo que hace falta es tirititrán.
¡Espárragos, caracoles, tagarninas de la sierra!
A manojitos los niños venden por las carreteras.
No sé por qué te lamentas en vez de enseñar los dientes
ni por qué llamas mi tierra a aquello que no defiendes.
Si en vez de ser pajaritos fuéramos tigre bengala
a ver quién sería el guapito de meternos en una jaula.
Me han dicho que has puesto en Madrid
un despacho de mucho postín
¡Colócanos! ¡Colócanos! ¡Ay por tu madre colócanos!
¡Ay! Felipe de la Citan cataflota verigües
... llegará a ser un gran torero como Velázquez y Gregory Peck.
Contraviento, contraviento yo me muevo a contraviento.
Y es por mi mala cabeza que me muevo a contraviento
y me paso de la raya que a mí no me dobla el viento.
Cascarabitos me los comía y así las jambres se entretenían.
No se me vaya a subir la rama de¡ perejil: ¡Sí!...
Vinieron los federales ¡tatachán!
y en mitad aquel ziquitaque se lió:
Toro Sentado ojú -decía- ¡cuchi la caballería!
y de teniente Glen Ford.
Hay que ver Maribel la cosa cómo estaría
que Emilio el Moro salió cantando por alegrías.
Alegría la traigo a espuertas viene de Cai -qué calor.
Alegría tienen las jambres de Andalucía.
Frigoríficos volando la reconversión naval:
¡Guardias no tiréis pelotas que pa pelotas Puerto Real!
Vecina asómate al patio ¡Maricruz!
A ver quién me aclara a mí este rebujar:
que si dentro, que si fuera, tú dirás.
Que si bases, que si Citan, que si Morón,
que si Rota y el Peñón de Gibraltar.
Hay que ver Maribel esto sí que es Carnaval.
Arsa y olé ¡viva Cai! y to la tribu de Alí Babá.
Como quieras que yo te quiera
¡ay! yo te quiero -qué valor-
Como quieras de marinera o de marinero
¿Salga el sol por Antequera?
Con tal de que salga ya que salga por donde quiera
lo que hace falta es tirititrán.
¡Espárragos, caracoles, tagarninas de la sierra!
A manojitos los niños venden por las carreteras.
No sé por qué te lamentas en vez de enseñar los dientes
ni por qué llamas mi tierra a aquello que no defiendes.
Si en vez de ser pajaritos fuéramos tigre bengala
a ver quién sería el guapito de meternos en una jaula.
Me han dicho que has puesto en Madrid
un despacho de mucho postín
¡Colócanos! ¡Colócanos! ¡Ay por tu madre colócanos!
¡Ay! Felipe de la Citan cataflota verigües
... llegará a ser un gran torero como Velázquez y Gregory Peck.
Contraviento, contraviento yo me muevo a contraviento.
Y es por mi mala cabeza que me muevo a contraviento
y me paso de la raya que a mí no me dobla el viento.
Cascarabitos me los comía y así las jambres se entretenían.
No se me vaya a subir la rama de¡ perejil: ¡Sí!...
Carlos Cano y Emilio el Moro
La Miseria y El salustrino
En su juventud, como tantos miles de andaluces, emigró a Suiza y Alemania buscando trabajo, experiencia que le marcaría profundamente y que se vería reflejada en su obra posterior en temas como “La miseria” y "El salustrino"
que el gran Carlos Cano escribió, en 1968, y publicó en su disco de 1975 A duras penas. “La miseria” constituye una descripción veraz de las condiciones de vida de las clases bajas, a la que Carlos pertenecía y a la que siempre mostró su solidaridad y simpatía.
Reflejó la pobreza y la tristeza por tener que abandonar su tierra para cambiarla por los grises paisajes industriales del norte de Europa más favorecido económicamente.
Vengo de abajo, cansado de tanta cuesta
Vengo, no sé a dónde voy, huyendo de ella.
Vengo, no sé a dónde voy, huyendo de ella.
La miseria, la miseria
Tiene en su casa las uñas de la soberbia
vive en un mundo cerrado del que se alimenta.
vive en un mundo cerrado del que se alimenta.
La miseria, la miseria
Es el lugar donde nací, donde no quiero yo morir
Es un lugar muy especial para el amor y la moral.
Es un lugar muy especial para el amor y la moral.
La miseria, la miseria…
Vengo de abajo, de un valle podrido de yerba,
donde no existe el futuro, sólo la miseria…
donde no existe el futuro, sólo la miseria…
Hasta un pueblo d’Alemania ha llegao el Salustiano
con más de cuarenta años, y de profesión el campo,
pa buscarse l´habichuela, y ahorrar algunos marcos
y que pueda la parienta, comprar algunos marranos.
Yo no creo que el sombrero les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.
Que lo roban, lo roban,
con cuatro palabritas finas lo roban.
En principio se hace dura sobre to la soleá,
esa gente chamullando no se le entiende ni atá.
Menos mal que algunas veces la embajada cultura]
les manda al Julio iglesias y a un tal Manolo Escobar.
Yo no creo que el sombrero les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.
Que lo roban, lo roban,
con cuatro palabritas finas lo roban.
Y así s’acaba la historia del güeno del Salustiano
de tanto apencar los güesos otro gallo l’ha cantao.
Gallo dice que l’obrero de cachondeo está jarto,
si no hubiera ido a Alemania, no hubiera aprendido tanto.
Yo no creo que el sombrero
les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.
Que lo roban, lo roban,
con cuatro palabritas finas lo roban.
con más de cuarenta años, y de profesión el campo,
pa buscarse l´habichuela, y ahorrar algunos marcos
y que pueda la parienta, comprar algunos marranos.
Yo no creo que el sombrero les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.
Que lo roban, lo roban,
con cuatro palabritas finas lo roban.
En principio se hace dura sobre to la soleá,
esa gente chamullando no se le entiende ni atá.
Menos mal que algunas veces la embajada cultura]
les manda al Julio iglesias y a un tal Manolo Escobar.
Yo no creo que el sombrero les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.
Que lo roban, lo roban,
con cuatro palabritas finas lo roban.
Y así s’acaba la historia del güeno del Salustiano
de tanto apencar los güesos otro gallo l’ha cantao.
Gallo dice que l’obrero de cachondeo está jarto,
si no hubiera ido a Alemania, no hubiera aprendido tanto.
Yo no creo que el sombrero
les toque en la tómbola
a esos gachós trajeados que viven de na.
Que lo roban, lo roban,
con cuatro palabritas finas lo roban.
Sin ti no puedo vivir
Me huyes, te persigo me maltratas,
te llamo reniego, te maldigo pero sin ti me muero.
Te cubro de caprichos
me desvivo a tu lado
todo me parece poco
todo te parece raro.
Pendiente de tu vida
que no te falte nada
el sol yo te lo busco y la luna también.
Sin ti no puedo vivir,
sin ti no puedo vivir,
sin ti no puedo vivir.
Causa de mi perdición
que me perdone el Señor
sin ti no puedo vivir.
Con la luz de la nieve
cuando estalla el almendro
con el romero verde
y la gallomba en flor.
Libre M pensamiento
paloma del instinto
a tus ojos me rindo
sin poner condición.
Sin ti no puedo vivir,
sin ti no puedo vivir,
sin ti no puedo vivir.
Causa de mi perdición
que me perdone el Señoor
sin ti no puedo vivir.
Llevadme donde la luz llevadme,
quiero cantar
tiene el corazon razones
que nadie sabe explicar.
Amor si tu supieras
el valor de la noche
cuando el alma se pierde
buscando una canción.
Removiendo en la vida la niebla,
los fantasmas buscando
en las palabras
trozos de corazón.
Vencido por la luna
que es mi destino
preso preso en su pasodoble
llega el amanecer.
Sin ti no puedo vivir,
sin ti no puedo vivir,
sin ti no puedo vivir.
Causa de mi perdición
que me perdone el Señor
sin ti no puedo vivir.
Llevadme donde la luz llevadme,
quiero cantar
tiene el corazón razones
que nadie puede explicar.
Llevadme, quiero cantar
tiene el corazón razones
que nadie puede explicar.
Habaneras de Cádiz
"Sin Cádiz... sin el Carnaval... sin La Caleta... sin La Viña... sin la sal... sin Los Duros Antiguos... no habría nacido la Inmortal "Habanera"!! ese bellísimo himno gaditano, que creó con su amigo Antonio Burgos:
"Carlos tenía, como dice la Habanera,un amor en Cuba y el otro, en Andalucía... El amor de Cuba se llamaba La Habana, y el amor de Andalucía se llamaba "Cai"... Yo esto lo se bien, porque Carlos y yo nos hemos estado peleando muchos años por la misma novia, que es, esa novia que se llama Cai... Igual que los gaditanos dicen, que en Cádiz se pelean el Levante y el Poniente, para ver quien se queda con Cadiz, pues... Carlos era el Levante de Granada, y yo era el poniente de Sevilla... Dos vientos de amor, peleándonos por Cai... Ese amor lo echamos en la Habanera, porque ambos descubrimos al mismo tiempo, primero, años 80, en La Habana descubrimos la mucha Cádiz, que toda la América Hispana del Caribe lleva dentro... Entonces, yo no sabía nunca, si Carlos estaba hablando de La Habana, o Carlos estaba hablando de Cai... si Carlos estaba hablando de la Guayaba, o Carlos estaba hablando de la Piriñaca... si Carlos estaba hablando del son, o Carlos estaba hablando del compás... si Carlos estaba hablando de las Murgas Santiagueras, o si Carlos estaba hablando del Coro de La Viña... Yo creo que Carlos tomó La Habana, como un espejo, para ver en él reflejada, a su novia, que yo se muy bien como se llamaba... porque es mi novia... y se llama cai..." (Antonio Burgos, para Canal Sur Televisión)"
«Desde que estuve, niña, en La Habana
no se me puede olvidar
tanto Cádiz ante mi ventana, Tacita lejana,
aquella mañana pude contemplar...
Las olas de la Caleta, que es plata quieta,
rompían contra las rocas de aquel paseo
que al bamboleo de aquellas bocas
allí le llaman El Malecón...
Había coches de caballos, que era por mayo,
sonaban por la Alameda, por Puerta Tierra,
y me traían, ay, tierra mía,
desde mi Cádiz el mismo son...
El son de los Puertos, dulzor de guayaba,
calabazas, huertos...
Aún pregunto quién me lo cantaba...
Que tengo un amor en La Habana
y el otro en Andalucía,
no te he visto yo a ti, tierra mía,
más cerca que la mañana
que apareció en mi ventana
de La Habana colonial
tó Cádiz, la Catedral, La Viña y El Mentidero...
Y verán que no exagero
si al cantar la habanera repito:
La Habana es Cádiz con más negritos,
Cádiz, La Habana con más salero.
Verán que tengo mi alma en La Habana
no se me puede olvidar,
canto un tango y es una habanera,
la misma manera
tan dulce y galana y el mismo compás.
Por la parte del Caribe así se escribe
cuando una canción de amores, canción tan rica,
se la dedican los trovadores
a una muchacha o a una ciudad...
Y yo, Cádiz, te dedico y te lo explico
por qué te canto este tango que sabe a mango,
de esta manera esta habanera
de piriñaca y de Carnaval...
Son de chirigota, sabor de melaza,
Guantánamo y Rota...
¡Que lo canta ya un coro en la plaza!».
Un vaso de te verde
Que desespero
María la portuguesa
La inexplicada muerte de Juan Flores, un pescador tiroteado por un guardia portugués, y su posible relación con una misteriosa mujer llamada María, inspiraron a Carlos Cano una de las más populares coplas y, 25 años después del suceso, la gente se sigue preguntando quién es María La Portuguesa'.El 5 de enero de 1985, Juan Flores, de 35 años, recibía los disparos de un 'guardinha' portugués, un tal Nunes, frente a Castro Marim (Portugal) acusado de pesca ilegal en las aguas de la desembocadura del Guadiana, y nadie sabe exactamente las razones por las que "le dispararon a dos metros", según relataron los testigos en el juicio.Cuando el pescador murió, nació en torno a él una leyenda que Carlos Cano convirtió en canción al año siguiente, para crear María 'La Portuguesa', la copla, el fado, que cuenta una historia de amor entre un marinero muerto a tiros y María, una misteriosa mujer portuguesa.La identidad de esta mujer se ha mantenido en secreto durante los años, ynadie sabe si realmente Juan Flores conocía en Portugal a María, pero sí hay historias en torno a su muerte que la familia aún no tiene claras.La enigmática mujer con las flores
Manuel Flores, su hermano, guarda todos los recortes de la prensa de la época, y llama especialmente la atención una fotografía, en la que aparece una mujer de unos 45 años con una corona de flores al lado del féretro que es trasladado al cementerio de Ayamonte"Sólo sabemos de ella que se llamaba María, pero no sabemos que relación tenía con mi hermano, ni por qué estuvo junto al cuerpo toda la noche", dice a Efe Manuel.Pero hay más. Manuel comenta que hasta que se inauguró el puente internacional en 1991, la única forma de viajar entre Ayamonte y Castro Marim era en en el transbordador, que se usó precisamente para transportar el cadáver del marinero, en el que la misteriosa María quiso embarcar, pero la familia lo impidió, "aunque, cuando el cuerpo llegó al puerto de Ayamonte, ya lo estaba esperando"."A veces queremos creer que la canción no tiene que ver con mi hermano, pero es verdad que hay muchas cosas que pasaron", indica Manuel.Un cuadro firmado por Carlos Cano
El hermano del fallecido, propietario de un bar, guarda como oro en paño, además, un cuadro que le regaló el propio Carlos Cano, con la letra original de la canción, que el propio cantautor granadino se lo dio en una de sus visitas al pueblo para participar en el Festival de Música de la localidad.Recuerda Manuel que fue un día "en el que el bar estaba lleno, y de pronto entró Carlos Cano y me regaló el cuadro, aunque no lo pude atender como me hubiese gustado precisamente por la cantidad de gente que había en el bar".Mitad leyenda mitad realidad, lo cierto es que Juan Flores dejó viuda y dos hijas de 4 y 8 años, unas niñas que sólo consiguieron del gobierno portugués una indemnización de 200.000 pesetas de la época, muy por debajo de los dos millones que reclamaron en el juicio.La canción ha supuesto una publicidad incalculable para Ayamonte, localidad fronteriza de 21.000 habitantes que tiene el apelativo de "Puerta de España", al ser el punto más al suroeste del territorio nacional.Su alcalde, Antonio Rodríguez, se muestra orgulloso de la publicidad que ha supuesto para su pueblo: "Es incalculable el beneficio que ha podido suponer para Ayamonte, la cantidad de personas han decidido venir aquí por la canción, o que se han interesado por su historia y han querido visitar los lugares que cita la copla".Cuenta el edil como anécdota que en su etapa como alcalde el que fue consejero de la Junta de Andalucía Isaías Pérez Saldaña, era recibido en algunos pueblos con la canción de Carlos Cano, una especie de himno oficioso de Ayamonte. (Fermín Cabanillas (Efe) | HuelvaActualizado domingo 19/12/2010 10:12 horas)
Una sirena en la Alhambra
1988
Rocio
1988
Habanera imposible
1988
Carlos Cano y los niños de Cuba - guantanamera
1988
En un castillo encantado
1989
Macarena
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