(1968)
Letra compuesta por; Manuel de la Calva y Ramón Arcusa (integrantes del Dúo Dinámico)
Se equivocó la paloma
(1941 - 1969)
Canción de Rafael Alberti y Carlos Guastavino
Y Serrat la grabó por primera vez con arreglos de Sergio Endrigo
Mis gaviotas
(1969)
Compuesta por él mismo
Jugando ayer desnudo por la arena
mi niñez poco a poco vi pasar,
se me escapó sin darme cuenta apenas,
soñando con volar.
Irme jugando con el viento,
caer sobre el agua un momento.
Crecí soñando, cerca del mar,
junto a las rocas,
un día aprendí a volar,
aprendí a volar
como mis gaviotas.
Y me fui lejos de allí
aquel día,
sin mirar atrás creí
que jamás volvería.
Me encontré un cardo, una flor,
un sueño, un amor, una tristeza,
me fui solo y luego fuimos dos,
un beso, un adiós y todo empieza.
Otra canción, otra ilusión, otras cosas,
y harto ya de andar
hoy volví a buscar
mis gaviotas.
Y no las vi, ellas también se fueron
de aquel rincón que nos unió una vez,
me quedé solo, escarbando en el suelo,
buscando mi niñez.
Ellas no ha de volver jamás,
ellas la dejaron atrás,
bajo la arena, cerca del mar,
junto a unas rocas
que no saben volar,
que no saben volar
como mis gaviotas.
Y me voy más triste hoy
que aquel día,
que sin mirar atrás
creí que jamás volvería.
Aquellas pequeñas cosas (1971)
Sabana (2000)
Tema venezolano de José Salazar y Simón Díaz
Con tu brisa de mastranto, tus espejos de laguna.
Centinela de palmeras que se asoman con la luna.
Aquí me quedo contigo aunque me vaya muy lejos
como tórtola que vuela y deja el nido en el suelo.
Se me aprieta el corazón... No ver más tu amanecer,
ni al cimarrón, ni la mata, ni la garza que levanta.
Con el cabresto te dejo, amarrados, mis amores.
Gota a gota que te cuente mis penas el tinajero.
Ya tu arestín mañanero no me mojará los ruedos
ni el humo de leña verde hará que mis ojos lloren.
Mañana cuando me vaya te quedarás tan solita
como becerro sin madre, como morichal sin agua.
Sabana... Sabana...
Querida
Tiempo de lluvias
`Para pìel de manzana (1975)
(Compuesta por él)
A esa muchacha
que dio a morder
su piel de manzana
cuando Cupido
plantaba un nido
en cualquier ventana.
A esa muchacha
que tuvo al barrio
guardando cola
y revoloteando
como polillas
en las farolas.
A esa muchacha que fue Piel de Manzana
se le quebró el corazón de porcelana,
se le bebieron de un trago la sonrisa.
La primavera con ella tuvo prisa.
Y quién me hace entender
que la entretuve ayer
temblandome en las manos.
Maldigo el no poder
volvernos a esconder
en el último rellano
y a oscuras, compartir
un ramillete de promesas
y oír, sobre las diez:
Niña, la hora que es y sin poner la mesa.
Muchachas tristes
que florecisteis
en mis aceras,
bien poco ha escrito
en vuestros cuadernos
la primavera......y llega el invierno.
Mi niñez
Penelope (1969)
Penélope,
con su bolso de piel marrón
y sus zapatos de tacón
y su vestido de domingo.
Penélope
se sienta en un banco en el andén
y espera que llegue el primer tren
meneando el abanico.
Dicen en el pueblo
que un caminante paró
su reloj
una tarde de primavera.
«Adiós amor mío
no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojas.
Piensa en mí
volveré a por ti...»
Pobre infeliz
se paró tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante.
Se marchitó
en tu huerto hasta la última flor.
No hay un sauce en la calle Mayor
para Penélope.
Penélope,
tristes a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.
Penélope
uno tras otro los ve pasar,
mira sus caras, les oye hablar,
para ella son muñecos.
Dicen en el pueblo
que el caminante volvió.
La encontró
en su banco de pino verde.
La llamó: «Penélope
mi amante fiel, mi paz,
deja ya
de tejer sueños en tu mente,
mírame,
soy tu amor, regresé».
Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer,
no era así su cara ni su piel.
«Tú no eres quien yo espero».
Y se quedó
con el bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación.
con su bolso de piel marrón
y sus zapatos de tacón
y su vestido de domingo.
Penélope
se sienta en un banco en el andén
y espera que llegue el primer tren
meneando el abanico.
Dicen en el pueblo
que un caminante paró
su reloj
una tarde de primavera.
«Adiós amor mío
no me llores, volveré
antes que
de los sauces caigan las hojas.
Piensa en mí
volveré a por ti...»
Pobre infeliz
se paró tu reloj infantil
una tarde plomiza de abril
cuando se fue tu amante.
Se marchitó
en tu huerto hasta la última flor.
No hay un sauce en la calle Mayor
para Penélope.
Penélope,
tristes a fuerza de esperar,
sus ojos, parecen brillar
si un tren silba a lo lejos.
Penélope
uno tras otro los ve pasar,
mira sus caras, les oye hablar,
para ella son muñecos.
Dicen en el pueblo
que el caminante volvió.
La encontró
en su banco de pino verde.
La llamó: «Penélope
mi amante fiel, mi paz,
deja ya
de tejer sueños en tu mente,
mírame,
soy tu amor, regresé».
Le sonrió
con los ojos llenitos de ayer,
no era así su cara ni su piel.
«Tú no eres quien yo espero».
Y se quedó
con el bolso de piel marrón
y sus zapatitos de tacón
sentada en la estación.
Por Diego Torres
Epitafio para Joaquín Pasos (poema de Ernesto Cardenal)
Malasangre (1975)
(Compuesta por él)
Malasangre se escapó al doblar la esquina.
Le abrió su capa la noche y le escondió.
Y con los ojos colorados, la vecina
del entresuelo
amaneció.
...y no ha de buscarte más
solloza y jura
sentadita en el cubo de la basura.
Aún piensa que el rocío
y la barriga hueca
te dirán por dónde volver.
Que cruzarás la calle
empujarás la puerta
y buscarás algo de comer.
Que mancharás la alfombra
bajarás los ojos
y te irás a esconder a un rincón
afligido...
Malasangre consentido.
Mala sangre, dice, que anda por tus venas...
..."Fíjese usted que no es la primera vez".
..."Que se alborota con calor y luna llena".
..."Que se desespera
y tras cualquiera
echa a correr".
Mala sangre que te salva,
perro ingrato,
de que te dio cariño, cobijo y plato,
y te entregó su casa,
sus noches de invierno
y su calor de buena mujer.
Convirtió en caricias
tus lamidos lerdos
y te enseñó el hocico a mover.
Muchas son las deudas
perro callejero.
Cualquier día no vas a ser
bienvenido.
Malasangre consentido.
Qué alegría
la del sol cuando te vea
festejando con el día
sin bozal y sin correa.
Y no vuelvas a rondar esa escalera
que en cualquier momento puede suceder,
que te dejen de un mal golpe de tijeras
sin atributos
para ejercer.
Y uno menos a sembrar de hijos la tierra...
Y hay tantas calles,
tanto sol
y tanta perra necesitando marido,
Malasangre consentido,
Malasangre consentido.
Le abrió su capa la noche y le escondió.
Y con los ojos colorados, la vecina
del entresuelo
amaneció.
...y no ha de buscarte más
solloza y jura
sentadita en el cubo de la basura.
Aún piensa que el rocío
y la barriga hueca
te dirán por dónde volver.
Que cruzarás la calle
empujarás la puerta
y buscarás algo de comer.
Que mancharás la alfombra
bajarás los ojos
y te irás a esconder a un rincón
afligido...
Malasangre consentido.
Mala sangre, dice, que anda por tus venas...
..."Fíjese usted que no es la primera vez".
..."Que se alborota con calor y luna llena".
..."Que se desespera
y tras cualquiera
echa a correr".
Mala sangre que te salva,
perro ingrato,
de que te dio cariño, cobijo y plato,
y te entregó su casa,
sus noches de invierno
y su calor de buena mujer.
Convirtió en caricias
tus lamidos lerdos
y te enseñó el hocico a mover.
Muchas son las deudas
perro callejero.
Cualquier día no vas a ser
bienvenido.
Malasangre consentido.
Qué alegría
la del sol cuando te vea
festejando con el día
sin bozal y sin correa.
Y no vuelvas a rondar esa escalera
que en cualquier momento puede suceder,
que te dejen de un mal golpe de tijeras
sin atributos
para ejercer.
Y uno menos a sembrar de hijos la tierra...
Y hay tantas calles,
tanto sol
y tanta perra necesitando marido,
Malasangre consentido,
Malasangre consentido.
La casita blanca (1975)
(Compuesta por él)
La aristocracia del barrio (1975)
(Compuesta por él)
Luna de día(1978)
(Compuesta por él)
A quien corresponda
(Compuesta por él)
(del poeta Felípe León)
(Compuesta por él)
La mujer que yo quiero
(Compuesta por él)
Tordos y caracoles (1978)
(Compuesta por él)
No atiende
ese alboroto de tordos
a cuestiones
de patria y de frontera,
de próceres,
de aniversarios y banderas,
ni aún hoy que es
día de fiesta nacional,
cuando irrumpe en la canción del sol
de la charca en donde abrevan,
del árbol que esconde el nido
y la compañera,
picando olivos,
hurgando en mieses...,
si el territorio le pertenece.
Les contemplaba una procesión
de caracoles murmurando
su falta de consideración,
a ras de suelo y babeando...
Demasiado ocupados en las palabras
para poner a salvo de ellas las cosas,
demasiado obligados en sus pesadas corazas
como para poder entender a aquél
que lo deja todo para poder ser él.
Demasiado preocupados en palpar con los cuernos,
y en mandar christmas de Navidad,
en prepararse un hermoso entierro.
ese alboroto de tordos
a cuestiones
de patria y de frontera,
de próceres,
de aniversarios y banderas,
ni aún hoy que es
día de fiesta nacional,
cuando irrumpe en la canción del sol
de la charca en donde abrevan,
del árbol que esconde el nido
y la compañera,
picando olivos,
hurgando en mieses...,
si el territorio le pertenece.
Les contemplaba una procesión
de caracoles murmurando
su falta de consideración,
a ras de suelo y babeando...
Demasiado ocupados en las palabras
para poner a salvo de ellas las cosas,
demasiado obligados en sus pesadas corazas
como para poder entender a aquél
que lo deja todo para poder ser él.
Demasiado preocupados en palpar con los cuernos,
y en mandar christmas de Navidad,
en prepararse un hermoso entierro.
Esos locos bajitos (1981)
(Compuesta por él)
Hoy puede ser un gran dia (1981)
(Compuesta por él)
No hay comentarios:
Publicar un comentario